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¿Te preocupa el futuro inesperado que pueda afectar a ti y a los tuyos? Ante eventos impredecibles como enfermedades graves o, incluso, la muerte, queremos aportarte seguridad. Por eso te explicamos todo sobre el seguro de vida. ¡Descúbrelo todo con Kolondoo!
Un seguro de vida es aquel destinado a cubrir los riesgos que condicionan la salud o integridad de la persona asegurada. Es decir, sucesos como fallecimientos, o accidentes y enfermedades graves que afectan a la capacidad del asegurado.
Al contratar un seguro de vida, se garantiza que la familia del tomador del seguro se encuentre protegida desde el punto de vista monetario. Así, entre las medidas de cobertura más comunes se encuentran:
Pero el seguro de vida también puede emplearse como una forma de inversión. Así, el tomador del seguro rentabiliza sus ahorros y podrás disfrutar de ellos tras la jubilación.
¿Se pueden incluir otras coberturas? Esta decisión depende del acuerdo entre el tomador y la aseguradora, que también se extiende al capital asegurado, el periodo de vigencia o el pago de la prima. En cualquier caso, debe reflejarse en la póliza.
Desde junio de 2019, fecha en que entró en vigor la nueva ley hipotecaria, los bancos no pueden obligar a contratar un seguro de vida con la hipoteca. Es decir, no es legalmente necesario.
¿Acabas de comprar una vivienda y el banco te obliga a adquirir su seguro de vida para concederte un préstamo hipotecario? El seguro de vida es una decisión libre del usuario que quiere proteger sus intereses, por lo que no debe ser impuesto.
No obstante, en Kolondoo creemos que puede ser una muy buena medida para avalar el pago íntegro del producto financiero. Sobre todo en caso de que el titular fallezca o padezca una enfermedad incapacitante que no le permita continuar con el pago restante.
Con el seguro de vida, la indemnización pactada irá directamente al banco, de forma que la hipoteca queda saldada y ningún familiar deberá hacerse cargo de ella.
El seguro de vida está destinado a personas que tengan entre 18 y 65 años. A partir de esta edad, el riesgo de fallecimiento o incapacidad aumenta y pocas aseguradoras están dispuestas a cubrirlo (aspiran a obtener un rédito económico).
Pero el seguro de vida está pensado, de forma específica, para aquellos usuarios que constituyen la principal fuente de ingreso del núcleo familiar. También si tienen familiares menores a su cargo o si han contraído obligaciones heredables como hipotecas.
A pesar de todas las precauciones que se puedan tomar, nadie puede predecir qué sucesos le depararán en vida, especialmente si hablamos de accidentes o enfermedades.
El apoyo económico que te ofrece el seguro de vida servirá para defender los intereses de los tuyos y evitar así que los ingresos mensuales disminuyan notablemente.
Existen diferentes tipos de seguros de vida en el mercado, y cada uno cuenta con unas características concretas. ¿Cuál elegir? La mejor opción para un seguro de vida dependerá de tus necesidades.
Sin embargo, existen dos modalidades bien diferenciadas: el seguro de vida riesgo y el seguro de vida ahorro. El primero actúa como una indemnización mientras que el segundo funciona como fuente de beneficios futuros.
El seguro de vida riesgo ofrece cobertura en caso de fallecimiento o enfermedad grave del asegurado. Como respuesta, la aseguradora ofrece la cuantía económica acordada al beneficiario.
En función del lapso temporal cubierto, puedes encontrar:
→ Seguro de vida entera. En este caso, la cobertura es vitalicia, su vigencia no caduca.
→ Seguro de vida temporal. El asegurado estará cubierto solo durante el periodo acordado en la póliza, ya sean días, años o hasta cumplir cierta edad.
Como su propio nombre indica, el seguro de vida ahorro no es sino un plan de ahorro con el que obtener rentabilidad futura. En este caso, la figura del beneficiario y del asegurado coinciden.
¿Cómo funciona? Este contrato se realiza por una duración concreta de tiempo. Al vencerse la fecha, y siempre y cuando este no haya fallecido, recibirá el capital generado.
Esta clase de seguros de vida se subdivide en:
→ Plan Individual de Ahorro Sistemático (PIA). Tendrás una renta vitalicia anual garantizada. Para evitar las deducciones de impuestos en el cobro del seguro deberás esperar a que pasen 10 años de la contratación.
→ Plan de Previsión Asegurado (PPA). Es similar a un plan de pensiones. Es un seguro de ahorro a largo plazo, del que podrás disfrutar tras tu jubilación. Este tipo no está exento en ningún caso de impuestos.
→ Seguro Individual de Ahorro a Largo Plazo (SIALP). Para recibir los beneficios de este plan de vida ahorro no deberás superar los 5.000€ anuales de aportaciones y tendrás que esperar mínimo 5 años para su reintegro.
En el mundo de los seguros, la prima es el importe económico que se debe pagar a la aseguradora para disfrutar de las coberturas contratadas. No es un precio cerrado, sino que se acuerda entre ambas partes.
No. Aunque ambos contemplan el fallecimiento del asegurado, el primero es un apoyo económico a la familia mientras que el segundo solo cubre gastos del sepelio y gestiones administrativas derivadas de la muerte.
Si has llegado hasta aquí es porque has observado las múltiples ventajas que tiene adquirir un seguro de vida. Un momento crucial a la hora de contratarlo es el precio (prima) que deberás pagar periódicamente a la aseguradora.
Desde Kolondoo queremos ser honestos contigo, por eso no podemos decirte cuánto cuesta contratar un seguro de vida. Y es que este importe depende de varios factores:
Estas decisiones y, por tanto, el coste del seguro afectarán a la indemnización final que recibirá el asegurado.
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