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El fallecimiento de un ser querido es un momento de inmenso dolor para familiares y amigos. A esta situación tan dura se le debe añadir la necesidad de realizar un sinfín de papeleo. Para evitar este mal trago, puedes contratar un seguro de decesos.
Un seguro de decesos tiene como misión evitar que los familiares del fallecido deban vivir más situaciones incómodas de las necesarias.
Por tanto, este tipo de seguros es un alivio ante momentos duros. Tendrás la tranquilidad de que, en el momento de tu fallecimiento, tu familia tendrá apoyo tanto emocional como administrativo.
El seguro de decesos no debe confundirse con el seguro de vida. Aunque ambos pueden tener coberturas en común, su finalidad es distinta.
Pero, ¿qué coberturas se incluyen en esta póliza? Su función principal es cubrir los gastos del sepelio y de todos los trámites burocráticos. A continuación te desglosamos los más importantes.
La cobertura más básica y el principal motivo por el que se contrata una póliza de decesos tiene que ver con el servicio funerario.
Con este seguro, los costes del féretro, el coche fúnebre, el acondicionamiento del cadáver, así como la inhumación o incineración estarán cubiertas.
Pero sus funciones van más allá. También suele cubrir la sala del tanatorio, el coste de la lápida, las coronas de flores, los rituales religiosos elegidos e, incluso, la autopsia.
Con un seguro de decesos la familia del fallecido asegurado podrá disponer de asesoramiento profesional y personalizado para todo tipo de trámites relacionados con la defunción:
La antigüedad hace referencia a la vigencia de tu seguro de decesos. Es decir, el tiempo que ha transcurrido desde que lo contrataste.
Al contrario que sucede con otro tipo de seguros, la antigüedad de una póliza de decesos solo tiene una función concreta en una de sus modalidades: el cálculo de la prima nivelada y el precio que deberás pagar.
Por tanto, la antigüedad en el seguro de decesos no existe. No gozarás de ningún tipo de beneficio en las prestaciones ni una rebaja del precio a pagar. Y, si decides cambiarte de aseguradora, perderás la cuantía aportada hasta la fecha.
Si has llegado hasta aquí es porque estás barajando contratar un seguro de decesos pero no tienes claro si es recomendable para ti.
En primer lugar, debes considerar el primer requisito para contratar un seguro de decesos: la mayoría de edad. No obstante, cuanto menos años tengas mejor salud poseerás. Por tanto, no tiene mucho sentido adquirir un seguro de decesos con 18 años.
¿Existe límite por arriba? Aunque no hay una línea divisoria como tal, lo cierto es que, a partir de los 70 años, las aseguradoras se muestran reticentes a la hora de ofrecer una póliza de decesos.
Por ello, desde Kolondoo creemos que la edad recomendada para contratar este seguro es a partir de los 40 años. Aun así, siempre dependerá del modelo de prima que quieras tener.
Más allá de costear el servicio fúnebre y la burocracia asociada al fallecimiento, una póliza de decesos también puede incorporar el traslado de la persona difunta, cubrir invalidez por accidentes, la asistencia en viajes o la realización del testamento online.
En primer lugar, perderás el montante aportado hasta el momento. Por tanto, si quieres adquirir otro seguro de decesos con diferente aseguradora, fíjate bien en el precio del plan, la renovación, las coberturas y el servicio que ofrece.
Padecer una enfermedad, sobre todo si es de carácter grave, puede poner en riesgo tu vida. Ante esta situación, es normal que te preguntes si se puede contratar un seguro de decesos.
Desafortunadamente, las aseguradoras no ofrecen pólizas de decesos si padeces una enfermedad de este calibre. Pero, si la has superado, sí que podrás adquirir el seguro. Eso sí, puede que la prima incluya un sobrecoste o el periodo de carencia sea más largo de lo habitual.
Se entiende por enfermedad grave: cáncer, infarto, insuficiencia renal, daños cerebrovasculares o en las arterias coronarias, y la necesidad de trasplante.
Contratar un seguro de decesos es sinónimo de protección para los familiares del asegurado. Es un momento de suma tristeza, y las personas deben hacer frente, además, a decisiones trascendentales.
Pero si contratas un seguro de decesos, podrás dejar todo resuelto de antemano y decidir hasta el último detalle, como la asistencia psicológica, la realización del papeleo e, incluso, la funeraria de preferencia.
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