Ambas pólizas incluyen una prestación económica y es posible añadir beneficios adicionales al principal. Pero no lo hacen del mismo modo. Por eso, es importante que tengas claras cuáles serán las necesidades que quieres cubrir. ¿Quieres que tu inversión inicial sirva de pensión para tus hijos? ¿Prefieres que se ahorren el duro proceso de organizar un funeral? ¿O ambas cosas?
A continuación te explicamos en qué se diferencian uno y otro. ¡No te lo pierdas!
Finalidad de la póliza
Ya hemos comentado que ambos tipos de póliza se activan cuando el tomador del seguro muere. Sin embargo, la finalidad y la cobertura que ofrecen presentan diferencias notables.
Así, el seguro de decesos cubre, principalmente, aquellos gastos derivados del fallecimiento del asegurado. Normalmente, suele incluir el coste del sepelio y gestiones administrativas como:
- Solicitud de pensiones (de viudedad u orfandad).
- Baja en la Seguridad Social.
- Certificado de defunción.
- Resolución de la herencia y testamento.
El seguro de vida, por otra parte, se contrata como un apoyo económico para la familia del fallecido. Es decir, funciona como una indemnización pactada para los beneficiarios del seguro.
Además, estos últimos también contemplan entre sus garantías cubrir enfermedades graves o incapacidades permanentes que no permitan al asegurado continuar su carrera laboral. Por el contrario, el seguro de decesos, como su nombre indica, solo contempla el fallecimiento.
Motivos para su contratación
Aunque estos dos seguros están destinados a proteger a las familias del fallecido, lo hacen en niveles distintos.
¿Quieres que tu familia, cuando ya no estés, no tenga que hacer frente al papeleo de tu testamento ni tenga que gestionar nada relacionado con el entierro? Entonces debes contratar un seguro de decesos.
Pero si lo que deseas es que tus seres queridos no vean peligrar su estabilidad económica cuando faltes, lo que necesitas es un seguro de vida. Entre sus prestaciones están la amortización de la hipoteca del domicilio familiar o la subsanación de préstamos bancarios adquiridos. También podrás garantizar el futuro escolar de tus hijos.
Prima que debes pagar
La prima es el importe económico que el asegurado deberá abonar mes a mes para poder disfrutar de los servicios contratados. Puedes elegir, tanto en el seguro de vida como en el de decesos, qué cantidad estás dispuesto a pagar (salvo en el caso de la póliza de decesos vitalicio con prima única, que se costea todo de una vez).
Esta libertad tiene ciertas repercusiones, que varían según se trate de uno u otro caso. En el caso del seguro de vida, esta decisión solo afectará a la indemnización final que recibirá la familia, que será mayor o menor según lo que se haya pagado.
Por el contrario, si tienes contratada una póliza de decesos y decides obviar la cantidad estimada por la aseguradora (en base a los servicios que quieres contratar), pueden ocurrir dos cosas. Si la prima es inferior, puede que la familia deba aportar de su bolsillo para eliminar la deuda. Y, si la prima es mayor a la recomendada, el excedente se abonará a los allegados.
Importe económico asegurado
La cuantía monetaria por la que se contrata el seguro también supone un componente diferenciador.
Mientras que el tomador del seguro de vida es el que tiene plena libertad para elegir la compensación que su familia debe recibir, en una póliza de decesos se ha de calcular este importe en base a los servicios fúnebres que desee contratar (por ejemplo, el tipo de entierro, los trámites legales o la repatriación).
Además, debes tener en cuenta que este dinero no se otorgará de igual manera. El coste del sepelio y demás gestiones sí que es inmediato, pero la indemnización a modo de pensión mensual (o en un solo pago, si así se ha estipulado) tardará un poco más en cobrarse.
¿Puedo contratar ambos seguros?
Como hemos visto, el seguro de decesos y el seguro de vida son dos buenas opciones si quieres que tus allegados más próximos tengan un futuro asegurado. Respondiendo a la pregunta, sí, puedes contratar ambos seguros. De hecho, se complementan entre ellos, garantizando un mayor respaldo, y no son excluyentes.
Eso sí, desde Kolondoo te recomendamos que, antes de dar el paso, te informes bien. Las coberturas adicionales que ofrecen ambos seguros pueden hacer que termines con servicios duplicados. Por ejemplo, con el de vida te podrás costear, si pagas un plus, el sepelio. Por tanto, ¡presta atención para evitar gastos innecesarios!