Solo los aceites vegetales han disparado sus precios un 60% respecto al año anterior. Es por ello que, como consumidores, tenemos que ajustar nuestro presupuesto más que nunca a la hora de salir a hacer la compra. ¿Y qué mejor que aplicar algunos trucos y consejos sencillos para conseguirlo?
Sigue leyendo y conoce cómo puedes ahorrar y organizarte mejor con la compra. ¡Te ayudamos!
Huye de las compras hechas por impulso
Acudir al súper o hacer la compra en Internet en ese espacio del día en el que estás con hambre es una de las peores decisiones que puedes tomar, y es que todos sabemos que acabarás comprando desde la impulsividad y no desde el término medio, para satisfacer tus necesidades más urgentes, además de meter a la cesta dulces u otros alimentos en los que ni pensarías en otro momento o que puedan llegar a caducar.
Desde Kolondoo te recomendamos que planifiques un menú semanal y hagas una lista de la compra, incluyendo los productos que vayas a necesitar para elaborar las distintas recetas y, cómo no, ajustándote al presupuesto.
Un menú semanal puede ser tu mejor aliado
Si no has probado nunca a hacerlo, te animamos a que te pongas con ello, ya que los resultados pueden ser muy positivos para ti en varios sentidos: se trata de elaborar un menú semanal. Añade platos que te gusten y trata de que sean variados y basados en la dieta mediterránea, incluyendo cada día verdura, fruta, pescado, carne, huevos y lácteos.
Una vez hayas terminado tu menú, te quedará añadir en tu lista de la compra todos los ingredientes que necesitas para cocinar los platos que has elegido, y comparar entre las distintas opciones de supermercados para tener claro dónde encontrar alimentos de calidad a un precio más bajo.
Es un método infalible para ahorrar en tu compra. Además, estarás comiendo de forma más saludable y eliminarás productos no del todo recomendables como bollería o aperitivos con alto nivel de azúcar. Como apunte extra, recuerda tener a la vista el menú para que te sea más sencillo llevarlo a cabo.
Aplica la regla de las tres R: Reutiliza, Recicla y Reduce
Estas tres palabras tienen que ser como un mantra para ti, ya que llevándolas a la práctica no solo notarás tu bolsillo más aliviado, sino que aportarás tu granito de arena en cuanto a la reducción del impacto medioambiental del planeta se refiere. Estas pequeñas acciones son por las que puedes empezar:
- Reaprovecha algunos alimentos para la posterior elaboración de otras recetas.
- Recicla envases o productos orgánicos a través de su separación en contenedores.
- Ve al supermercado con tu propia bolsa reutilizable, cesto o carrito, así te ahorras unos céntimos, que a la larga te pueden ayudar en la compra, y de esta forma respetas más el medioambiente.
Haz una compra responsable y fíjate en los precios
Sabemos que muchas personas son más partidarias de realizar la compra cada quince días que semanalmente. Si eres una de ellas, te aconsejamos que pruebes a cambiar el hábito e intentes ir una vez a la semana, así obtendrás las siguientes ventajas:
- Evitar que algunos productos caduquen y tener más control sobre todo lo que tienes en tu frigorífico y despensa.
- Decantarte por alimentos más frescos y así cuidar más tu alimentación.
- Comprar productos de temporada y disfrutar de ofertas semanales o diarias que lanzan los supermercados.
Aprovecha tus recetas ya elaboradas para hacer otras
Se conoce como cocina de aprovechamiento, y podría considerarse sin lugar a dudas como uno de los mejores trucos para ahorrar dinero en la cocina. Te explicamos en qué consiste con algunas ideas para inspirarte.
Si has hecho caldo de pollo, puedes aprovecharlo para marcarte unas croquetas o nuggets riquísimos; con las sobras de pescado puedes cocinar canelones; si te ha quedado arroz blanco de sobra, tienes opciones como hacer una ensalada de arroz añadiendo tomate y huevo o cocinar un pastel de arroz.
También puedes dar vida al pan duro convirtiéndolo en picatostes para tus cremas o sopas, o como parte de un exquisito salmorejo. ¡Ah! Y con la fruta madura podrías ponerte en modo pastelero y hacer riquísimos bizcochos o tartas. Y así podríamos seguir y seguir aportando ideas…¿Has visto qué sencillo es el aprovechamiento de alimentos?
Alimentos y sobras, al congelador
¿Sabías que las verduras, carnes o pescados congelados mantienen sus nutrientes casi intactos? Por ello, el congelador de tu casa puede convertirse en tu salvación si no dispones de tiempo para poder hacer compra muy a menudo.
No solo ahorras tiempo, también dinero. Un ejemplo es cocinar en grandes cantidades, con lo que aprovechas alimentos y evitas consumir excesiva energía al cocinarlos una sola vez. Eso sí, fíjate bien en qué puede o no ser congelado, durante cuánto tiempo y también ten en cuenta el método de descongelación para así evitar que se desperdicie.
No olvides conservar adecuadamente los alimentos
Esto es muy importante si no quieres tener que volver a comprar el mismo producto otra vez. En este punto, seguro que lo primero que te viene a la cabeza es la conservación en tuppers. Pues bien, los tuppers de cristal y herméticos son una buenísima opción. También, cuando estés cocinando un plato y te sobre por ejemplo media cebolla o un trozo de pimiento, lo más conveniente es envolverlos con papel film de cocina.
¿Preparado para ponerte las pilas y ahorrar en algo tan inevitable y esencial como la compra de comida? :)