“El próximo fin de semana me pongo las pilas y ordeno la casa”. Una expresión repetida con frecuencia y que seguramente nunca llevas a cabo. Siempre hay una excusa que te impide ponerte manos a la obra y, mientras, el desorden campa a sus anchas.
Si quieres ponerle remedio a esta situación (y no pasar vergüenza cuando vengan visitas a casa), no te pierdas los tips que te proponemos a continuación.
¿De qué me deshago primero?
Existen muchas cosas de las que podrías deshacerte siguiendo la estela de la gurú Marie Kondo. Como sabemos que puede ser una ardua labor y que podrías desanimarte, en Kolondoo te sugerimos las siguientes:
- Todo lo que no uses y lleves años guardando solo “por si acaso”.
- Los objetos desfasados. No nos referimos a aquellos pasados de moda (sabemos que las modas van y vuelven), sino aquellos que se han quedado obsoletos, sobre todo tecnológicamente.
- Objetos repetidos en grandes cantidades. Por ejemplo, cables o bolígrafos.
- Las cosas rotas. Especialmente las que no tienes pensado arreglar en un tiempo cercano y que llevan años almacenadas en los cajones de tu casa.
Recuerda que con “deshacer” no nos referimos solamente a tirar a la basura. Una muy buena opción puede ser donar a ONGs o asociaciones, incluso regalárselo a alguien que le vaya a dar una vida útil. También podrías venderlo, pues ya existen apps enfocadas a ello. Y, si finalmente te decides por los contenedores, ¡no te olvides de reciclar y de los puntos limpios!
Empieza por el armario
El armario suele ser uno de los principales focos de acumulación en el hogar. Su estructura de baldas y cajones facilita que prendas de ropa se pierdan en su interior (¿habrán llegado a Narnia?) y te olvides de ellas.
Para ponerle remedio, lo ideal es que vacíes tu armario (no tiene por qué ser todo a la vez) y tomes algunas decisiones al respecto:
- Deshazte de la ropa que ya no te sirva, especialmente si son muchas tallas de diferencia, y aquella que ya esté muy desgastada.
- La ropa que no te hayas puesto durante dos temporadas consecutivas, tampoco te la vas a poner a la tercera.
- De un solo vistazo: emplea perchas solo para aquellas prendas susceptibles de arrugarse, y dobla camisetas y pantalones para apilarlos horizontalmente y que no se formen grandes montañas.
- Los espacios de almacenaje son tu gran aliado para darle varios usos a un mismo cajón y optimizar su espacio.
Adiós al “cajón de sastre”
Es habitual encontrar en los hogares un cajón donde va a parar todo aquello que no tiene un lugar concreto en la decoración. ¿Cargadores de móviles antiguos? ¿Recuerdos de bodas y comuniones de familiares lejanos? Seguro que te suena.
Este cajón, que nunca abres y siempre te olvidas de él, está desaprovechando un espacio preciado de tu hogar. Y es probable que muchos de sus contenidos tengan como destino final el contenedor.
Para librarte de una vez por todas de este “cajón de sastre”, te sugerimos la siguiente norma: un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Así evitarás la acumulación de objetos indeseados.
Los artículos de uso frecuente, a mano
Además de darle a cada objeto de tu casa un lugar concreto, es importante que, aquellos que vayas a usar diariamente, los tengas siempre a la vista. Así, ahorrarás dinero: si sabes qué tienes y cuánto tienes, harás un gasto eficiente del producto y solo lo repondrás cuando esté a punto de terminarse. ¡Pero también ahorrarás tiempo! Tener todo lo que necesitas a mano te evitará pasar horas revolviendo por los cajones.
Agrupa artículos similares
Cuando reúnes todos los artículos que cumplen una misma función, rápidamente te haces una idea de cuántos tienes y de si son suficientes o necesitas más. Así, evitarás comprar de más y tu bolsillo te lo agradecerá. Pero esta pequeña acción también te ayudará a localizar mucho más rápido aquello que necesitas. ¡Adiós a buscar objetos que no sabes ni siquiera si tienes!
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